¡Ríndanse! Tu aventura comienza en un pantano sombrío, en donde te subirás a una desgastada barcaza. Desciende por una cascada en la oscuridad y flota por los alrededores del mundo espectral de Pirates Grotto. Los hombres muertos no cuentan cuentos, pero cuidarán su tesoro por toda la eternidad. 

Navega en medio de disparos de cañón entre una fortaleza y un galeón de 12 cañones. Deslízate hacia un puerto y observa a bucaneros descarados emborracharse con el botín. Pasa furtivamente cerca de una muchacha bien armada que dirige una colorida subasta de las mercancías de los aldeanos. 

Canta junto con los bribones errantes del mar que entonan para ti la serenata de su himno clásico: “Yo Ho (A Pirate’s Life for Me)”. Sé testigo de cómo las llamas envuelven la ciudad y pasa cerca de los prisioneros atrapados en una celda, que intentan obstinadamente escapar. 

Está atento en caso de que aparezca el astuto Captain Jack Sparrow de las películas Pirates of the Caribbean, ya que trama apropiarse del botín. 

Si estás buscando aventura, ¡viniste al lugar correcto!

Pirates of the Caribbean es considerada una de las atracciones más inmersivas que se hayan creado para un parque temático.

Cuando Walt Disney diseñó originalmente la atracción en la década de 1950, la imaginó como un museo de cera y una aventura a pie. Sin embargo, tras el éxito de Walt Disney’s Carousel of Progress en la Feria Mundial de Nueva York de 1964, Disney y su equipo de Imagineers decidieron que los Audio-Animatronics (la última tecnología en animación de Walt) era la forma más creativa de contar una historia apasionante de piratas.

El 18 de marzo de 1967, se inauguró Pirates of the Caribbean en Disneyland Park. Gracias a las escenas sumamente detalladas, los efectos especiales de lujo y los personajes memorables, la atracción obtuvo críticas excelentes y, desde entonces, se ha mantenido como un clásico querido por todos.